martes, 4 de diciembre de 2012

ETIM12, mi segundo "sarao traductoril"



Hola de nuevo a todas y a todos:

En primer lugar, perdonad por la ausencia. Tengo muchas cosas que contar y podría haber escrito mil entradas (sí, soy andaluza y exagero), pero quería esperar a regresar del ETIM12 y unir así varias ideas.

Como seguramente sabréis (y si no, yo os lo digo), el pasado fin de semana se celebró el III Encuentro de traductores e intérpretes profesionales en la ciudad de Málaga. Si queréis saber qué se coció allí, podéis consultar y leer las distintas crónicas en la siguiente página, donde también encontraréis el programa y contenido de las ponencias.

Yo no pretendo hacer una crónica del encuentro. Como sabéis los que habéis leído alguna vez el blog, mi propósito es narrar mi experiencia personal, los pasos de este camino que voy recorriendo día a día, sin pausa pero sin prisa: el de la traducción profesional.

Bien, como ya os conté en esta entrada, mi experiencia en los saraos traductoriles es escasa; acaba de empezar. Las jornadas científicas y profesionales de traducción médica organizadas por APTIC y Tremédica fueron mi primer contacto. Me fui sola, sin conocer a nadie, pero no importaba, iba a un lugar lleno de traductores. Y allí, durante el desayuno de la última jornada, conocí a tres malagueñas estupendas que me animaron a acudir al ETIM de este año. Lo pensaba una y otra vez y, como siempre, decidí hacerlo sin pensar. Me apunté y listo. Ya no había vuelta atrás. Algo que me ha costado su “tiempecito” aprender es que lo bueno, lo positivo, no se piensa, se hace. 

Volví de Barcelona encantada y con ganas de más, por lo que la asistencia al ETIM12 era un must. Pero mientras la fecha llegaba, había mucho que hacer: distintos tipos de CV (como señalé en esta entrada), cartas de presentación, búsqueda de clientes, cursos de especialización y de formación continua, página web profesional, elección de mi marca personal, diseño y elección del logo, idas y venidas a Hacienda, pruebas y tarjetas, ¡las tarjetas! Como bien me recordaba mi “madrina traductoril” y bien nos repitió Xosé Castro en su ponencia del ETIM12, un traductor no puede salir de casa sin su tarjeta (o tarjetas). Como aún no tenemos lista la página web (soy muy “tiquis miquis”, como decía mi gran profesor Julian Bourne), solo me hice unas cuantas para repartirlas entre colegas del gremio.

Y aquí están, en compañía de las tarjetas que me dieron otros profesionales durante el ETIM12 y la chapa de Quijano Traductores. ¿Adivináis de quién es cada una? :)


 
 
  



















Y la pregunta del millón es: ¿Qué me ha aportado mi experiencia en el ETIM12?, ¿qué he aprendido?, ¿qué destaco?, ¿me ha servido de algo? Al final ha salido más de una pregunta :S.

Como siempre digo, todo sirve de algo en esta vida, todo lo que hagas te aportará siempre algo, ya sea positivo o negativo y podrá ser susceptible de propiciar algún cambio en ti o en tu vida. En este caso, la experiencia ha sido muy positiva, ¡faltaría menos

Como ya he señalado, me reencontré con las “culpables” de mi asistencia al ETIM12 y con una compañera de carrera, Amparo Rubio. También “desvirtualicé” a Nieves Gamonal y a José María Izquierdo y pude conocer a otros, como a Ana Belén Lozano, a Sarah de Quijano Traductores o a Valeria, de Rainy London.

En cuanto a las ponencias, todas me parecieron muy interesantes y de todas aprendí algo. Por ejemplo, antes de ir al ETIM12 el mundo del testeo de videojuegos era un enigma para mí. Gracias a la ponencia de Curri Barceló descubrí que… ¡No! No quiero ser tester :) Pero por si acaso, y apelando al refranero…

Facebook via Qué Loca Está la Peña


Con Olli Carreira se despejaron algunas de mis dudas fiscales y, al hablarnos de sociedades, aparecieron otras. Pero no pasa nada, dentro de poquito podremos resolver todas nuestras dudas en Duckling & Co.

Descubrí la interpretación en los medios de comunicación de la mano de Lluís Cavallé. Hasta entonces, un mundo totalmente desconocido para servidora, de igual manera que la interpretación de la poesía. Menos mal que Francesca Randazzo nos mostró esta maravillosa modalidad.

Elena Fernández, de Trágora, me recordó con un gran desparpajo que soy “una mala madre”, pues tengo abandonado al pobre LinkedIn y no lo alimento diariamente.

Y hablando de desparpajo, ¡cómo disfruté con Celia Rueda! Esta abogada malagueña me recordó que sí, que la protección de datos tiene mucho que ver conmigo.

Eugenia Arrés, como siempre, demostró que es una excelente oradora ¡y documentalista! ¡¿Cómo puede conocer tantos programas y aplicaciones?! 

Todas las ponencias me enriquecieron mucho, porque de todas aprendí. Todas estaban muy “curradas”. No obstante, si hicieran conmigo uno de esos ejercicios en los que te dicen: te digo X y tienes que responder lo primero que te viene a la cabeza, siendo X = ETIM12, lo primero que me vendría sería “MODESTIA. CREE EN TI”.

Pero, ¿cómo? Esta chica está desvariando (más de lo normal).

La primera idea proviene de la ponencia de Juan José Arevalillo, director gerente de la empresa Hermes Traducciones y Servicios Lingüísticos. No sé, quizá me llamó la atención porque siempre lo hizo lo extraño, o mejor dicho, lo escaso. Pese a quien le pese, la modestia es algo que escasea en estos días, y no solo en nuestra profesión. Todos tenemos recuerdos de nuestra época como estudiantes de TeI o “ciencias afines”, por lo que no añadiré nada más. Pero como digo, la modestia escasea por todos lares. La modestia y la humildad. Como bien dijo Juan José Arevalillo, siempre habrá alguien que sepa más que tú, de cualquier cosa y en cualquier aspecto de la vida. Por mi parte, pienso que sin humildad y modestia es imposible crecer, progresar. Crecer como profesional, y como persona. Y, ¿no es ese uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos? Crecer, superarnos a nosotros mismos día a día. Si ya lo sabes todo, no tienes nada más que aprender, de nada ni de nadie, ¿a qué te dedicas, chaval? Ya que tenemos que estar aquí (yo de manera inesperada, de ahí mi nombre) ;), ¿por qué no intentar ser el mejor? No el mejor traductor del panorama, como bien apuntaba Xosé Castro, sino el mejor traductor que hay dentro de uno; exprímete, estírate, ve subiendo peldaños, ve creciendo como persona, y como profesional. Pienso que, hagas lo que hagas, uno tiene que aspirar a hacerlo lo mejor posible; lo  mejor posible en cada momento o etapa de su vida. Da igual que limpies calles, construyas casas, hagas tartas, dirijas una multinacional o traduzcas; si no eres modesto y humilde, no podrás aspirar a ser el mejor. Yo quiero llegar a ser la mejor Inés, en todas sus facetas. Y para ello intentaré estar siempre abierta al aprendizaje, y cuando digo siempre es siempre, hasta el día que deje de existir o me vaya “pal otro barrio”, que es más de mi pueblo.

Sin embargo, ser modesto o humilde no implica no creer en uno mismo, como bien nos explicó Xosé Castro. Uno tiene que creer en sí mismo, conocer cuáles son sus virtudes, sus puntos fuertes, pero también sus flaquezas. Negar las últimas solo nos hará ser menos profesionales o más mediocres. Bueno, eso solo si no eres modesto. Porque si eres modesto, sabrás que esas flaquezas solo son flaquezas mientras no las alimentes, esfuerzo mediante, y las conviertas en tus aliadas. Nos gusta hablar de los retos en traducción; bien, este es un reto más. Demuéstrate a ti mismo que eres capaz de superar esa deficiencia que AHORA tienes y gana una destreza más. Y crece como profesional, y como persona. Pero si ya eres un Dios, no puedes aspirar a superarte, por lo tanto, MODESTIA.

Xosé también nos habló sobre la aCtitud y la aPtitud. Al escucharle no pude evitar recordar la frase que nos dijo el profesor de T-8 allá por… por allá:

“En las empresas, a muchos de los alumnos se les contrata por la aPtitud y se les despide por la aCtitud. De ahí que prefieran a los que tienen una media de notable”.

Por supuesto que tienes que tener una buena aptitud, pero de nada sirve ésta si luego eres “un búho”, o si eres poco o nada modesto. ¿Por qué? Porque siempre habrá alguien que sepa más que tú. :)
Como acostumbro a decir en todo lo que escribo, pienso que en el término medio está la virtud. Cree en ti, pero sé realista. Sé modesto, pero no pienses que no tienes nada que ofrecer.

Y ahora, ¿qué? Pues ahora a seguir trabajando. Y a comenzar a trabajar aquellas flaquezas o deficiencias que el ETIM12 me ha permitido identificar. Porque el ETIM12 no ha terminado. El ETIM12 no ha hecho más que empezar.

P.D.: ¡Enhorabuena a todo el equipo de Educación Digital por hacer posible este encuentro y reencuentro!

2 comentarios:

  1. Gracias por una crónica más personal ;)
    ¡Esto de los saraos es como las pipas, una vez en piezas no puedes parar...!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario, Merche.
    Sí, la verdad es que esto engancha, pero al igual que las pipas, es un enganche bueno :)

    ResponderEliminar